Se refiere a la persona del contador
público como auditor independiente; éste debe ser: experto en la materia,
siendo profesional a su actuación y observando siempre principios éticos.
a.- Entrenamiento técnico y
capacidad profesional: El auditor debe tener conocimientos
técnicos adquiridos en Universidades o Institutos superiores del país, habiendo
culminado sus estudios con recepción profesional de Contador Público, además se
requiere que el joven profesional adquiera una adecuada práctica o experiencia,
que le permita ejercer un juicio sólido y sensato para aplicar los procedimientos
y valorar sus efectos o resultados.
b.- Cuidado y diligencia profesional: Todo profesional forma parte de la sociedad, gracias a ella se forma
y a ella debe servir. El profesional de la Contaduría Pública, al ofrecer sus
servicios profesionales debe estar consciente de la responsabilidad que ello
implica. Es cierto que los profesionales son humanos y que por lo tanto se
encuentra al margen de cometer errores, estos se eliminan o se reducen cuando
el contador público pone a su trabajo (cuidado y diligencia profesional).
c.- Independencia mental: Para que los interesados
confíen en la información financiera este debe ser dictaminado por un contador
público independiente que de antemano haya aceptado el trabajo de auditoría, ya
que su opinión no esté influenciada por nadie, es decir, que su opinión es
objetiva, libre e imparcial.
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